Aunque no existe una causa conocida para el síndrome de intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) a diferencia del SII, abarca varias afecciones marcadas por la inflamación, en ambas las crisis o brotes, se han relacionado al estrés crónico, ansiedad, depresión y viceversa.
Al verdadero estilo de ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?, el SII y la EII reaccionan y causan estrés. Algunos expertos consideran que las personas con SII y con EII, responden intensamente a la ansiedad, causando espasmos musculares, dolor, distensión abdominal y cambios en las evacuaciones estreñimiento o diarreas.
Existen eventos de la vida que se han relacionado con la aparición del SII, como: muerte de un ser querido, trauma de la primera infancia, divorcios o separaciones, depresión y ansiedad.
Debido a que el sistema nervioso central, incide de alguna manera, a través de diferentes vías (neurotransmisores, hormonas, nervio vago y sistema inmune), puedes sentirte deprimido o ansioso si tienes algunas de estas condiciones. Pero por otro lado, también puedes tener ansiedad no relacionada con el SII o EII, que pueden aumentar los síntomas digestivos, en estos casos.
Las personas con SII o EII también pueden sentir dolor más intenso que aquellas sin estas afecciones (hipersensibilidad), esto es debido a que sus cerebros son más reactivos a las señales del dolor del tracto gastrointestinal (umbral del dolor más bajo).
Por lo tanto, si sufres de SII o EII, trata de llevar un estilo de vida saludable, libre de estrés y con buen manejo de tus emociones, recuerda que no se puede tener el control de todas las situaciones. Aprender a soltar y sobrellevar solo las cargas que verdaderamente te corresponden, es la clave.
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