Se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo cual puede suceder mediante transfusiones de sangre y derivados sanguíneos contaminados, inyecciones , instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables.
También tatuajes y aretes, el compartir rasuradoras, cepillos dentales e instrumental contaminado con sangre del paciente. La transmisión sexual también es posible, pero mucho menos común en muy bajo porcentaje.