¿Te has preguntado alguna vez por qué sientes antojos incluso después de haber comido? La respuesta podría estar en una hormona llamada leptina. Esta hormona, producida principalmente por las células grasas, juega un papel crucial en la regulación del apetito y el equilibrio energético de nuestro cuerpo.
Imagina la leptina como un mensajero que viaja desde las células grasas hasta el cerebro, donde informa sobre la cantidad de energía almacenada en forma de grasa. Cuando comemos, los niveles de leptina aumentan, indicando al cerebro que ya hemos comido lo suficiente y reduciendo así la sensación de hambre.
Mantener un equilibrio adecuado de leptina es fundamental para evitar los antojos y mantener un peso saludable. Cuando los niveles de leptina son bajos, el cerebro interpreta que el cuerpo necesita energía y nos impulsa a comer más. Por otro lado, si hay una resistencia a la leptina, el cerebro puede no recibir correctamente la señal de saciedad, lo que también puede llevar a comer en exceso.
Sigue leyendo para que exploremos en detalle cómo funciona la leptina, los factores que pueden afectar sus niveles y cómo podemos mantener un equilibrio saludable de esta hormona para controlar el apetito y evitar los antojos.

¿Qué es la leptina y cómo funciona?
Es una hormona producida principalmente por las células grasas, también conocidas como adipocitos. Su nombre proviene del griego “leptos”, que significa “delgado”, lo cual nos da una pista sobre su función principal: regular el apetito y mantener un equilibrio energético adecuado en el cuerpo. Una vez producida, la leptina viaja a través del torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro, específicamente a una región llamada hipotálamo. Allí, se une a receptores especiales que la reconocen y transmiten su mensaje.
La leptina como mensajera de la saciedad
Actúa como un mensajero que le informa al cerebro sobre la cantidad de energía que tenemos almacenada en forma de grasa. Cuando comemos y los niveles de leptina aumentan, el cerebro recibe la señal de que ya hemos consumido suficientes calorías y, como resultado, disminuye la sensación de hambre. Imagina que la leptina es como un termostato que regula la temperatura de nuestro cuerpo, pero en lugar de calor, regula la cantidad de energía. Cuando tenemos suficiente energía almacenada, el “termostato” de la leptina nos indica que ya no necesitamos comer más.
¿Qué dice la ciencia?
Un estudio publicado en Endocrinología, diabetes y nutrición del 2021, se enfoca en cómo la grelina(hormona del habre) y la leptina (hormona de la saciedad), dos hormonas claves que regulan el apetito y el metabolismo, influyen en nuestros hábitos alimenticios y cómo esto puede relacionarse con la obesidad.
Básicamente, los investigadores están tratando de entender cómo nuestros genes y estas hormonas nos hacen más propensos a ciertos comportamientos alimentarios, como preferir alimentos poco saludables, y cómo esto contribuye a la obesidad, un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Factores que afectan los niveles de leptina:
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- Alimentación: La dieta como factor clave: Nuestra alimentación juega un papel fundamental en la producción y sensibilidad de la leptina. Una dieta rica en alimentos procesados y azucarados puede tener un impacto negativo en esta hormona. Al igual que una dieta pobre en vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales puede interferir con la función de la leptina. Por ejemplo, se ha observado que deficiencias de zinc y hierro pueden afectar negativamente los niveles de esta hormona.
- Dormir mal: El sueño es otro factor crucial para mantener un equilibrio saludable de leptina. La falta de sueño, ya sea por dormir poco o por tener un sueño de mala calidad, puede disminuir los niveles de esta hormona y aumentar el apetito. Durante el sueño, se producen diversas hormonas que regulan el apetito y el metabolismo. Cuando no dormimos lo suficiente, estos procesos se ven alterados, lo que puede llevar a un aumento de la producción de grelina (la hormona del hambre) y una disminución de la leptina.
- Estrés: El estrés crónico puede tener un impacto negativo en la producción y sensibilidad de la leptina. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo libera cortisol, una hormona que en niveles elevados y prolongados, puede afectar la función de la leptina y aumentar la resistencia a la misma. Además, el estrés crónico a menudo nos lleva a buscar consuelo en alimentos poco saludables, lo que puede agravar aún más el desequilibrio de la leptina.
- Ejercicio: El ejercicio regular es un gran aliado para mantener un equilibrio saludable de leptina. La actividad física, especialmente la de intensidad moderada a alta, puede mejorar la sensibilidad a la leptina y ayudar a regular el apetito. Además, el ejercicio contribuye a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño, lo que también beneficia la producción y función de la leptina.
En resumen, es una hormona crucial que regula el apetito y el peso, al comunicar al cerebro las reservas de energía del cuerpo. Mantener un equilibrio saludable de leptina es esencial para evitar antojos y mantener un peso saludable, y esto se logra mejor a través de una dieta equilibrada rica en nutrientes, un sueño reparador, manejo efectivo del estrés y ejercicio regular.
Al adoptar estos hábitos saludables, no sólo optimizamos la función de la hormona, sino que también mejoramos nuestra relación con la comida, promovemos un peso saludable y fomentamos un bienestar general. Te animo a tomar las riendas de tu salud y a implementar estos cambios positivos en tus habitos para disfrutar de una mejor calidad de vida.
ENLACES Y LINK RECOMENDADOS
- Astrid Selene Espinoza García. The role of ghrelin and leptin in feeding behavior: Genetic and molecular evidence. (2021)
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34906346/
- Milan Obradovic. Leptin and Obesity: Role and Clinical Implication ( 2021)




