La viruela símica y la hepatitis aguda de origen desconocido han dado mucho de que hablar en la pandemia de Covid-19.
En estos últimos meses, hemos escuchado noticias que han causado gran revuelo en la población, la comunidad científica y autoridades de salud, estamos hablando de los brotes por hepatitis infantil de origen desconocido y la viruela del mono.
¿Es la hepatitis misteriosa una secuela del Covid-19?
En un editorial publicado en mayo del 2022, por el Journal Global Health, se notificó la aparición de la hepatitis aguda de origen misterioso. Fueron reportados 450 casos a nivel mundial. Un dato interesante sobre este brote, es que un alto porcentaje de los niños habían contraído coronavirus previo a la hepatitis. Según un artículo publicado en la revista Lancet.
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Existe la hipótesis de que el coronavirus en niños se puede complicar con un proceso inflamatorio multiorgánico. Síndrome en el que el hígado es uno de los órganos más afectados (un 43% de los casos de falla multiorgánica, terminan en hepatitis). Esto también implica al SARS-Cov-2, sin embargo no hay nada concluyente y se necesitan más estudios que permitan esclarecer esto.
¿Se relaciona la viruela símica con el coronavirus?
Unos meses después del brote de la hepatitis desconocida, aparecen 100 casos de viruela símica. La cual es una enfermedad poco frecuente transmisible de animales a humanos. Este mal generó noticias de alarma en varios países. Aún se intentan descubrir las causas, aunque hasta ahora se sabe que se propaga mediante contacto muy cercano con alguien infectado. Cara con cara, piel con piel, boca con boca o boca con piel. Se incluye el contacto sexual y objetos infectados como toallas y ropa de cama.

Aún no se han determinado lazos entre la viruela símica con el Covid-19 o la hepatitis aguda desconocida.
Lo relevante de todo esto es que ambos brotes suceden en medio de la pandemia de Covid-19 y todas sus variantes. Siendo el Covid-19 causado por un virus que antes del 2020 era totalmente desconocido.
Sin embargo, no ha sido posible establecer relación alguna entre el coronavirus, la viruela simica o la hepatitis aguda en niños.
¿Qué está pasando en el mundo en el siglo XXI?
¿Son estas crisis de salud fruto de la casualidad? ¿O es que vivimos en un contexto de brotes, epidemias y pandemias que parece no acabar?
Actualmente, el mundo reúne una serie de características que facilitan la aparición o el resurgimiento de enfermedades infecciosas. Investigadores afirman que factores como: más tránsito de personas entre países, la urbanización desenfrenada, mayor demanda de proteína animal, más contacto con zonas silvestres, rechazo a las vacunas y déficit de vigilancia epidemiológica, probablemente facilitaron al repunte de estos brotes y pandemias.
Viruela símica y viajes internacionales
Ahora son más económicos y accesibles que en siglos anteriores. Eso significa que puedes infectarte con un virus como el de la viruela símica. Y antes de desarrollar cualquier síntoma, lo traes a tu país de origen. Datos del Banco Mundial estiman que en 1990, mil millones de personas viajaron en avión. En 2019, ese número aumentó a 4.500 millones de pasajeros. Lo que representa más de la mitad de la población mundial. Esto facilita la transmisión de agentes infecciosos y puede acelerar los brotes de epidemias e incluso pandemias.
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Desde hace pocos meses, existe una alarma en la población a nivel mundial, sobre todo en Estados Unidos y Europa, acerca de la viruela símica. De acuerdo con la OMS, es una enfermedad viral que se origina en los animales y se encuentra principalmente en las selvas de África central y occidental. La describen parecida a la viruela -una infección relacionada- la cual fue declarada erradicada a nivel mundial en 1980. La OMS también describe a la viruela del mono, menos contagiosa que la viruela clásica y causa una enfermedad menos grave.
Estudios científicos citados por la OMS, indican que provoca síntomas parecidos a la viruela. Como por ejemplo: fiebre, escalofrío, ganglios inflamados, dolores musculares, agotamiento, la aparición de ampollas y pústulas dolorosas. Estas se desarrollan después de la fiebre, la cual afortunadamente no es tan grave como la viruela. La cepa identificada se ha asociado con una tasa de mortalidad baja, alrededor del 1%.
Contagio de viruela símica por aglomeración en ciudades
La Organización de Naciones Unidas (ONU) calcula que en 1950, dos tercios de la población mundial vivía en zonas rurales. Y que para 2050 esta proporción se va a invertir. En poco más de dos décadas, el 66% de personas vivirán en ciudades y el cambio más drástico será en Asia y África. La preocupación de los expertos es que muchos de estos nuevos espacios urbanos son deficientes en infraestructura, transporte público, vivienda, saneamiento básico y atención médica. Esto crea las condiciones ideales para que virus y bacterias prosperen y circulen libremente, como por ejemplo, algunos virus de la hepatitis, como la A y E. Incluyendo evidentemente el virus de la viruela símica. Las cuales se contraen por condiciones insalubres, agua y comidas contaminadas.
Aumento de proteína animal y viruela símica
La creciente demanda de proteína animal es otro factor que incrementa el riesgo de nuevos patógenos y epidemias. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que la demanda mundial de cortes de carne de res crecerá un 81% entre 2000 y 2030. El mismo aumento se puede ver en otros tipos de ganado: cordero (88%), cerdo (66%), aves (170%) y huevos (70%). Estos animales no siempre se crían en las condiciones sanitarias adecuadas.
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La falta de normas y supervisión hace que en muchos países estos animales sean mantenidos en espacios reducidos, sin higiene o incluso mezclados con otras especies. Es todo lo que un agente infeccioso necesita para mutar, combinarse y “saltar” a las personas.
Un gran ejemplo de esto ocurrió en 2009, la pandemia de H1N1 en México. Los estudios demostraron que el virus de la influenza que causó todo ese problema era una mezcla de cuatro cepas diferentes: dos de cerdos, una de aves y otra de humanos.
¡Hay que vacunarse!
En las últimas décadas, las personas han rechazado o desestimado a las vacunas. Esto puede favorecer el resurgimiento de enfermedades que estuvieron controladas durante décadas. En este escenario, también es fundamental contar con un servicio de salud capaz de atender, diagnosticar y tratar a los pacientes de la mejor manera posible. Pero resulta que en gran parte del mundo aún no se cuenta con toda esta estructura. Como resultado, muchas enfermedades pueden surgir y propagarse fácilmente antes de que las autoridades nacionales o internacionales lo noten.

Es posible prevenir algunos tipos de hepatitis en los niños a través de las vacunas.
A lo largo de la pandemia de Covid-19, la estructura de vigilancia tanto médica como gubernamental, ha mejorado en los países de ingresos altos y medios, pero no ha avanzado lo suficiente en los países de ingresos bajos.
Mi recomendación final
Debemos entender que mientras tengamos puntos ciegos en los sistemas de vigilancia global, el mundo entero seguirá estando en peligro. Debemos asumir responsabilidad por nuestra parte, hacer cada uno lo que nos toca hacer para tener un futuro mejor. Prevenir es lo primero.
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Enlaces o links recomendados:
1. Igor Rudan (2022). The COVID-19 pandemic: SARS-CoV-2, childhood hepatitis and monkeypox raise five new questions for the global health research community https://pubmed.ncbi.nlm.nih.
2. Petter Brodin (2022). Severe acute hepatitis in children: Investigate SARS-Cov-2 superantigens https://www.thelancet.com/





2 Comentarios
Excelente artículo , 💯 actualizado, usted siempre brindando excelente información médica. Felicidades por sus 70 años..
muchas gracias por tus bellos comentarios, Dra Luisa